La cara es uno de los medios básicos de comunicación que el ser humano utiliza cuando desea relacionarse con el mundo externo , a través de ella podemos hablar, ver, oír y oler. Situada por delante del cerebro y por encima de nuestro cuerpo es capaz de transmitir hasta lo indecible, basta observarla.
Esta transmisión visual de gestos la realiza a través de una intrincada conexión entre el Nervio Facial y los 17 músculos de la expresión facial , que a diferencia de los otros músculos del cuerpo humano, éstos están firmemente adheridos a la piel de la cara, de ahí que ante su contracción o funcionamiento la piel del rostro reacciona contrayéndose y dilatándose, todos movimientos perfectamente sincronizados gracias al equilibrio en la conexión entre emoción, cerebro, nervio facial , y músculos.
Pero a medida que pasa el tiempo todas estas emociones conscientes e inconscientes junto con el envejecimiento de la piel, van dejando huellas en nuestro rostro que se van transformando paulatinamente en arrugas y surcos.
Es en este momento donde el Toxina botulínica BOTOX® nos ayuda previniendo o atenuando las arrugas que se forman en la frente, el entrecejo, la raíz de la nariz, alrededor de los ojos, en la periferia de los labios y en el cuello, todas producto de la contracción muscular facial constante.
La Toxina botulínica BOTOX® es el nombre comercial de un producto médico, cuya presentación en ampolla contiene un polvo microscópico de un complejo proteico proveniente de la Toxina Botulínica tipo A. Este polvo al ser diluido en solución salina se activa y para que actúe debe de ser inyectado minuciosamente, con una aguja muy fina, en los vientres musculares a tratar. Dentro del músculo, la neurotoxina, actúa bloqueando la transmisión o mensaje que el nervio facial envía al músculo tratado, obteniendo como resultado la inactivación muscular transitoria de ciertos vientres musculares que el médico crea conveniente, para el patrón de arrugas de cada paciente en particular.
Una vez realizada la historia clínica, el examen físico, plan sobre dibujo y tomas fotográficas, se limpia la cara del paciente y se procede a inyectar la dilución de la toxina botulínica en los puntos marcados o previamente planificados, con el paciente acostado o sentado dependiendo de los principios de aprendizaje del especialista.
Terminada la sesión, el paciente puede regresar a sus actividades habituales, evitando durante las cuatro horas posteriores a la aplicación, el acostarse , masajearse la zona tratada, y los ejercicios físicos intensos .
Este es un procedimiento que en buenas manos es rápido, exitoso y sin complicaciones, obteniéndose como resultado una cara fresca, sin arrugas y expresiva cuya piel luce brillante, sana y lisa de ahí que se recomiende a varones y mujeres con deseos de mantener su piel libre de arrugas .
Su uso en pacientes se contraindica específicamente en los siguientes casos: si está tomando antibiótico, si tiene una infección en la piel de la cara, si padece de enfermedad degenerativa muscular, si el paciente es hipersensible a los componentes del Toxina botulínica – BOTOX®,si está embarazada o si se encuentra en época de lactancia.
Las complicaciones por el uso del Toxina botulínica – BOTOX® se puede deber a una falla del médico en la técnica de aplicación, o a una falla del paciente en el cuidado postaplicación.
La aplicación de la toxina botulínica es una opción no quirúrgica valida en pacientes que deseen prevenir las arrugas o en aquellos que teniéndolas deciden borrarlas transitoriamente de su piel . Es importante saber que la duración de los efectos del Toxina botulínica – BOTOX® es en promedio de 6 meses y su reaplicación es posible dependiendo del gusto y disposición del paciente.