¿Te gustaría un rostro luminoso y saludable? Para conseguirlo debemos prestar especial atención a una de sus zonas más frágiles de nuestro rostro: el contorno de los ojos. La piel, alrededor de los ojos, es muy sensible, fina y delicada, por lo que para combatir las imperfecciones que el paso del tiempo, el estrés, la gesticulación y la propia genética generan: ojeras, bolsas, arrugas… se requiere de cuidados específicos y concretos.
El descolgamiento de la piel en los párpados superiores y la aparición de “bolsas” en los inferiores, envejecen de forma extrema nuestro rostro, dándole incluso un aspecto enfermizo y con aspecto de más edad.
La blefaroplastia es la intervención destinada a corregir este problema, y gracias a ella se consiguen magníficos resultados, aportando al rostro un aspecto rejuvenecido y muy descansado.
La mirada es muy importante en la expresión de las personas, habla de nosotros, de nuestra actitud, de nuestro estado de ánimo… Por eso es tan importante cuidar esta parte de nuestro cuerpo.
Por otra parte la aplicación de cosméticos adecuados, debemos evitar los excesos e intentar descansar correctamente para mitigar la aparición de bolsas y ojeras.
No hay que olvidar que las agresiones medioambientales y el actual ritmo de vida acentúan también las arrugas de expresión, así como el tabaco.
La intervención suele durar entre una y dos horas. Si se van a realizar los cuatro párpados, generalmente se empieza por los superiores. Las incisiones se colocan en las líneas naturales de los párpados superiores y justo debajo de las pestañas en los inferiores. A través de estas incisiones se corrige el exceso de piel, músculo o grasa. Las incisiones se cierran con suturas muy finas. En otros casos, en pacientes jóvenes en los que sólo hay exceso de grasa, se puede realizar una blefaroplastia transconjuntival de los párpados inferiores; la incisión se coloca en el interior del párpado inferior no dejando cicatriz visible.